martes, 8 de noviembre de 2011

Mujeres en el campo laboral

Mujeres en el campo laboral


La incorporación de la mujer en el mercado de trabajo recibe una atención especial hoy en ida, pues en estudios sociodemográficos, se profundiza mas en las causas y consecuencias de la concentración o segregación de las mujeres en algunas actividades u ocupaciones, así como en la discriminación que sufren debido a su condición femenina. En los estudios de género y en las organizaciones de mujeres se ha insistido de manera frecuente en la necesidad de hacer visible la participación económica femenina. Los trabajos que realizan las mujeres son en su mayoría precarios, discriminatorios, de tiempo parcial y ciertamente no son registrados adecuadamente en las fuentes estadísticas más globales cono son los censos de población.En las encuestas de ocupación realizadas en México sobre porcentajes de población femenina económicamente activa nos dice que en 1979 había ya un 21% de fuerza de trabajo femenina y en la actualidad existe ya un 39%. En los años setenta, la mayor proporción de mujeres económicamente activas se ubica en el grupo de edad de 20 a 24 años, en cambio, en los años ochenta y noventa esto ocurre después de los 25 años, de manera mas especifica, la información de las encuestas indica que la participación de la mujer en el mercado laboral ha aumentado considerablemente en las ultimas décadas. La feminización de la
fuerza de trabajo industrial ha sido analizada desde diversas perspectivas, en distintos momentos con base en diferentes fuentes de información. Uno de ellos ha sido tomado en cuenta su ubicación regional. Algunos autores estudian las características socioeconómicas y socio-demográficas de las mujeres que trabajan en este sector en varias ciudades. Otros analizan las características de la ocupación en distintos tipos de industrias, reciben así atención la pequeña industria en la región central del país, la industria maquilladora en la región fronteriza, el sector industrial en la ciudad de México y el impacto de la reestructuración industrial en distintas regiones mexicanas. La participación femenina en la industria maquiladora continua atrayendo la atención de numerosos especialistas y en especial, se ha mencionado que este fenómeno es el que mayor importancia tiene para explicar la feminización en la industria. También podemos decir que actualmente, la investigación sobre la maquila es una de las líneas en las que se encuentran más elementos que apuntan hacia la posibilidad de introducir una perspectiva de género.

La incorporación de la mujer al trabajo provoca cambios en el mercado laboral del siglo XXI

Junto a la incorporación de la mujer al trabajo han aparecido nuevas realidades como los bajos índices de natalidad, la transformación del modelo de familia, la independencia económica de las mujeres y el entendimiento de los roles no como una asignación sino como reparto de los mismos. En el lado opuesto, también ha traído consigo la percariedad laboral de las mujeres, su discriminación salarial y la resistencia de los hombres -y también de muchas mujeres- a asumir el nuevo orden familiar. Las mujeres españolas trabajadoras tienen mayoritariamente empleos a tiempo completo aunque, dentro del total de contratos a tiempo parcial, este colectivo ostenta el 80 por ciento. Para las primeras, la conciliación es una aspiración en la carrera de obstáculos cotidiana; para las segundas, les cuesta su independencia económica. Según se desprende del Informe Randstad sobre Políticas de Conciliación, éstas tienen que fijarse como objetivo prioritario favorecer un modelo de estructura familiar igualitario en el que el reparto de roles familiares y laborales favorezca el desarrollo profesional y personal de los implicados.





La incorporación de la mujer al trabajo, clave en los cambios de las f amilias

Familias monoparentales, homoparentales, reconstituidas, tradicionales y unas cuantas variantes más aún sin traducción en nuestra lengua, como DINKS (siglas en inglés de "dos ingresos, sin niños") y LAT ("parejas que viven separadas"). Éstos son algunos de los nuevos modelos familiares nacidos al calor de los últimos cambios sociales registrados en España, en los que ha sido clave la masiva incorporación de la mujer al mundo laboral. Familias plurales y heterogéneas que superan el antiguo modelo "parsoniano" que definía la célula familiar como un padre, una madre y varios hijos.
 La de la Universidad Carlos III de Madrid Constanza Tobío, que ha dirigido el curso 'Las nuevas formas familiares del siglo XXI´ organizado por la Universidad Complutense en El Escorial, asegura que las "nuevas familias son una realidad que nos afecta a todos porque en la misma vida de una persona se pueden dar varios de los modelos. No es algo que se ha ido buscando, sino que responde a circunstancias que ocurren en la sociedad. Aparte de la incorporación de la mujer al mundo laboral, Tobío destaca también entre las claves de estos cambios en las familias en los países desarrollados los giros sociodemográficos (el aumento de esperanza de vida y el descenso de la natalidad), los nuevos hábitos económicos en la sociedad de consumo y la "democratización social" En este contexto, considera "inimaginable" que la familia monolítica, basada en un matriarcado doméstico en el que la mujer cuidaba de los pequeños y de los mayores y dependía de los ingresos del marido, siga manteniendo la posición hegemónica que ocupó en el pasado.








Duro informe sobre la discriminación de la mujer en el mercado laboral argentino
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) sostiene que no sólo se las margina por una cuestión de género, sino también por su condición económica y la dedicación a los hijos. El fenómeno es mayor en las provincias del norte del país.
Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sostiene que en la Argentina hay una persistente discriminación de la mujer en el mundo del trabajo. Pero aclara que no sólo lo padecen por una cuestión de género, sino también por la condición social y la dedicación a los hijos.

"Entre 2003 y 2006, el PIB creció en Argentina y tuvo un impacto positivo a nivel de empleo, pero esta suba no se tradujo en una mejora de las brechas de equidad de género en el mercado laboral", sostiene la OIT en el apartado dedicado a la Argentina.

Expli
ca que aún se observa una "persistencia de mecanismos de discriminación en el mundo del trabajo" cuyo rasgo más notorio "es el estancamiento de la tasa de actividad femenina". Y advierte que "en el mercado laboral argentino estaría
operando una doble discriminación: por género y por condición económica de las personas".

En ese sentido, los expertos detallaron que "la tasa de actividad de las mujeres de menores ingresos es sustantivamente menor que la de mayores ingresos y la brecha de género resulta más amplia, cuanto menor es el ingreso".

Pero no termina ahí. El informe sostiene que esas desigualdades también se expresan territorialmente, dado que mientras la tasa de actividad de las mujeres en el Gran Buenos Aires es de 52%, en las regiones del noreste y noroeste argentino el promedio baja a 45%.

Por otra parte, el estudio demuestra que la presencia de niños en el hogar representa "uno de los condicionantes a la inserción laboral femenina, lo que se agrava cuanto menor es el nivel de ingreso". "La inactividad femenina es mayor entre las mujeres pobres y se incrementa más con la cantidad de hijos", remarca.

Ante este panorama, la OIT advierte que "para ir revirtiendo estas discriminaciones persistentes en el mundo del trabajo, existe el camino de la participación de las mujeres en los espacios de representación política, social y gremial".

En ese marco, destaca la presencia de mujeres en el ámbito judicial y sindical, pero considera que "la participación en las organizaciones empresariales continúa siendo muy baja".








La CIG denuncia el riesgo que sufren las embarazadas en trabajos de incendios
Una pareja de brigadistas en uno de los últimos incendios de Ourense. // Iñaki Osorio 
ROSA BORRAJO OURENSE Representantes de la CIG denunciaron, ayer por la mañana, los riesgos que corren las mujeres embarazadas y las madres en período de lactancia que trabajan en los servicios de prevención y extinción de incendios.
A pesar de estar contemplados por ley sus derechos, al permanecer en puesto de trabajo en los que exista riesgo para su salud y la del feto, Zeltia Burgos, delegada de prevención de la junta y responsable comarcal de la Salud Laboral de la CIG, explicaba que "ni la junta ni la Mutua Gallega están tomando las medidas legales que tenemos".

La ley acoge unos derechos básicos. Zeltia Burgos explicaba el procedimiento que debería seguirse; "cuando se sospecha que hay riesgo para la maternidad y la lactación, la trabajadora tiene que comunicar este hecho a la empresa, y la empresa debería adaptarla a otro puesto, pero en este caso, al tratarse de trabajos de prevención y extinción de incendios no es posible, por el riesgo que correría igual, y lo que se hace es la suspensión de contrato, que es un procedimiento por el que se suspende el contrato, y lo paga la Mutua, en este caso es la Mutua Gallega".
La responsable comarcal manifestaba que lo que está pasando es que "las trabajadoras hacen todos los trámites perfectamente para actualizar la suspensión" y la Mutua "lo que hace es denegársela".Y de esta manera, "el puesto no se adapta ni se suspende el contrato. Entonces, esta mujer embarazada, esta mujer en período de lactación está trabajando con riesgos para su embarazo, para su feto, para ella misma, para su bebé en el servicio de extinción".
Anexo Pérez Carballo, técnico superior en PRL y miembro de la Ejecutiva Condefederal de la CIG recuerda que este hecho es un delito recogido por ley (1995 Ley de Prevención de Riesgos Laborales), y afirma que en estos casos la Mutua Gallega, al denegar la suspensión del contrato, "ahorra mucho dinero".
La Xunta, dice "está a promocionar una Ley de Familia cuando por otra banda deja desprotegida la maternidad de sus propias trabajadoras".
En su intervención, Xesús Dorado Noya, miembro del Comité de Empresa del SPDCIF, recordó que este tipo de trabajos requieren "mucho esfuerzo", y para las mujeres embarazadas supone estar en unas "condiciones perjudiciales, por los riesgos, tanto para su persona como para el bebé que lleva dentro", por lo que "no tienen las condiciones adecuadas".
Quisieron recalcar que en este mes se incorporan muchas mujeres a sus puestos, y la vía legal no se aclarará hasta octubre.





Las mujeres sienten culpa por llevarse trabajo a casa

Las mujeres se sienten culpables por atender en casa los asuntos laborales, según sugiere un estudio de la Universidad de Toronto en Canadá que se publica en la revista 'Journal of Health and Social Behaviour'.
Las tecnologías de la comunicación, que ayudan a las personas a estar conectadas al lugar de trabajo, son a menudo soluciones que permiten conciliar trabajo y vida familiar. Sin embargo, el estudio sugiere que podría existir un 'lado oscuro' en el uso de estas tecnologías para la salud de los trabajadores, y que estos efectos son diferentes en hombres y mujeres.
Los investigadores utilizaron datos de una encuesta nacional de trabajadores americanos y estudiaron la frecuencia con la que los participantes estaban conectados desde fuera de las oficinas con su trabajo mediante teléfono, correo electrónico o mensajes de texto sobre materias relacionadas con su actividad laboral.
Descubrieron que las mujeres que estaban conectadas con más frecuencia con supervisores, colegas o clientes decían padecer mayores niveles de malestar. Por el contrario, los hombres que recibían más contactos asociados al trabajo fuera de las horas normales de actividad laboral estaban menos afectados por ello.
Al principio pensamos que las mujeres estaban más angustiadas por los frecuentes contactos del trabajo porque esto interfería con sus responsabilidades familiares más que en el caso de los hombres. Sin embargo, éste no era el caso. Descubrimos que las mujeres podían conjugar sus vidas laborales y familiares tan bien como los hombres, pero se sentían más culpables como resultado de estar tan conectadas. Esta culpa parece encontrarse en el centro de su malestar", explica Paul Glavin, responsable del estudio.
Los descubrimientos muestran que muchas mujeres se sienten culpables de lidiar con los temas del trabajo en casa incluso cuando el contacto asociado con el trabajo no interfiere con su vida familiar. Los hombres, por otro lado, son menos propensos a sentir culpa cuando responden los asuntos relacionados con el trabajo en casa.
Scott Schieman, coautor del trabajo, señala que los descubrimientos sugieren que hombres y mujeres podrían seguir encontrando expectativas diferentes sobre los límites que separan la vida familiar y trabajo, y que estas expectativas podrían tener consecuencias emocionales únicas.
"La culpa parece jugar un papel central en la distinción entre las experiencias de mujeres y hombres asociadas a trabajo y familia. Mientras que las mujeres han ido tomando un papel más prominente como provisores económicos en el hogar actual, las fuertes normas culturales podrían continuar dando forma a las ideas sobre las responsabilidades familiares. Estas fuerzas podrían conducir a que algunas mujeres se cuestionaran o evaluaran de forma negativa su papel familiar cuando están intentando resolver los temas laborales en casa", concluye Schieman.

Valdez Mirian

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